¡Hola, amigxs! Esta es una pregunta que, me atrevería a decir, nos hemos hecho todxs alguna vez. Pues existe una respuesta que evitará, de aquí en adelante, que te flageles llamándote vagx o perezosx y que te ayudará a hacer frente a esa situación desde el conocimiento.
«¿Somos vagxs? Pues es probable que alguien piense que sí, que si te tiras en el sofá a ver Netflix en vez de ponerte con esa tarea que llevas posponiendo todo el verano es porque eres vagx o perezosx. Y, en realidad, la respuesta no es tan sencilla.
Todos somos víctimas de nuestro cerebro primitivo y de la batalla que se da en él a todas horas entre tres de nuestros sistemas.
Pero empecemos por el principio. Sabéis que antes de ser homo sapiens sapiens lo más urgente que el cerebro debía hacer por nosotros era procurarnos comida, un lugar donde dormir y evitar que se nos comiera alguna bestia. Ese cerebro primitivo (que todavía conservamos y que manda mucho, por cierto) es el cerebro reptiliano y forma parte del sistema límbico que «es el responsable de la aparición de las emociones asociadas a cada una de las experiencias que se viven. Su utilidad tiene que ver con el aprendizaje». Si algo nos produce placer tenderemos a repetirlo y si nos cuesta o nos produce dolor tenderemos a evitarlo.»
Si queréis saber qué es lo que sucede en nuestro cerebro y cómo podemos salir airosxs, podéis pinchar aquí. ¡Nos vemos!