¡Buenas tardes, amig@s! Me he enterado de que en 4º están estudiando la Revolución Francesa… Una época interesante y convulsa. Si rebuscamos un poco en la historia podemos encontrar muchos personajes interesantes:

Caron de Beaumarchais: Relojero, profesor de música y agente secreto.

Jean Sylvain Bailly: Astrónomo, miembro de varias academias, presidente de la Asamblea y acalde de París desde julio de 1789, su popularidad se esfumó después de dispersar por la fuerza a los reunidos en el Campo de Marte (el planeta no) y decretar la ley marcial; fue detenido en 1793, y cuentan que sus verdugos se ensañaron con él dilatando su ejecución en un día gélido y lluvioso: “¿Tiemblas, Bailly?”, le preguntaron a lo que él respondió: “Tiemblo sí, pero de frío”.

Robespierre: Un hombre que apoyaba la idea del gobierno para el pueblo y que estuvo de acuerdo con la Revolución impulsándola y ascendiendo a sí mismo dentro del Club de los Jacobinos. Su lema fue “la virtud, sin la cual el terror es funesto; el terror, sin el cual la virtud es impotente” y sería ese terror el que lo llevaría al cadalso pues era un arma de doble filo ya que hizo que se generalizara la sospecha, que la denuncia se elevara a virtud cívica y consiguió que la “depuración” (muerte) sistemática se considerara un método de unidad. Ese fue el perverso mecanismo que lo llevó a la muerte.

Marie-Jeanne Philipon Roland: Una mujer que afirmó “Plutarco me hizo republicana” y a la que los primeros acontecimientos de la Revolución le despertaron un vivo interés tomando la decisión de contribuir por todos los medios a la transformación política que se anunciaba. La prensa radical criticó con dureza la influencia política que madame Roland ejercía sobre rolandistas (seguidores de su marido, Jean Marie Roland) y girondinos, y la presentó como una mujer intrigante y frívola, atenta solo a su ambición personal y a sus caprichos sentimentales (en esa prensa no había mujeres, es evidente). Cuatro meses después, la Convención decretó el arresto de los integrantes del grupo girondino (al que ella y su marido pertenecían). La leyenda cuenta que al subir al patíbulo gritó: “¡Ah, libertad, cuántos crímenes se cometen en tu nombre!”.

Y hay muchos más. Una buena novela de intrigas, misterio e historia es “El ocho”, de Katherine Neville, que alterna capítulos ambientados en la Revolución Francesa con otros que se suceden durante el siglo XX (década de los 70) y que tienen como protagonista a una mujer informática que se topa con un antiguo misterio relacionado con el ajedrez de Carlo Magno en esta época y dos monjas que tienen que proteger ese mismo ajedrez en la época de la Revolución. Es una novela muy interesante no solo por el misterio que plantea sino por la parte histórica puesto que presenta personajes históricos y los dota de personalidad y donde encuentras hipótesis tan intrigantes como la que plantea sobre Marat y su asesinato. Muy recomendable. Puede que vuelva a hablaros de ella cuando os presente el vídeo de “El problema del caballo. Matemáticas, magia y ajedrez”.

En resumen, la Revolución Francesa fue uno de los acontecimientos más importantes de la historia mundial puesto que supuso el paso de la Edad Moderna a la Edad Contemporánea. Se considera el mayor cambio político y social que ha conocido nunca en Europa.

Las tres grandes ideas en las que se basó fueron la LIBERTAD, la IGUALDAD y la FRATERNIDAD. Los nuevos gobernantes (la Asamblea Nacional) escribieron un documento muy importante que se considera el antecedente de la Constitución que se aprobaría dos años más tarde: la DECLARACIÓN de los DERECHOS del HOMBRE y el CIUDADANO (que no de la mujer, no vaya a ser que se le suba a la cabeza…).

Fue un período de la historia lleno de esperanza y pasión así como de terror y muerte. Esperemos no tener que volver a levantarnos en armas nunca y que las discrepancias sean de las que se pueden resolver dialogando. ¡Nos vemos!