¡Buenos días! Todos sabemos, o deberíamos saber, la importancia que el trabajo de la abeja tiene no solo para nuestro ecosistema sino para nuestra vida, al menos, tal y como la conocemos ahora. Vamos a copiaros un extracto de un artículo publicado en el blog ECOLOGÍA VERDE. Si os interesa leerlo entero, algo que recomendamos, podéis hacerlo pinchando aquí.
Albert Einstein no dudó en afirmar que el ser humano no se mantendría sobre el planeta ni siquiera unos cuantos años si las abejas desapareciesen. Una hipotética extinción de estos pequeños animalitos perjudicaría de forma importante el equilibrio ecológico del planeta. Como hemos apuntado, y apoya el mismo Einstein amén de la ciencia en general, perjudicaría hasta tal punto que la supervivencia humana sería imposible.
¿Pero, cómo puede la humanidad depender de un simple insecto? Su rol con respecto al equilibrio ecológico es clave, eso es un hecho irrefutable, con lo que aún podemos ir más lejos.
Siendo más exactos, puesto que la polinización asegura el nacimiento de las especies vegetales en la Tierra, si éstas fallan la cadena trófica también lo hace. Así pues, la polinización se traduciría en una irremediable pérdida de un sinfín de especies animales y vegetales, incluyendo la gran mayoría de las que el ser humano necesita para asegurar su alimentación.
Eso sí, podría ser la gran oportunidad de colonizar el mundo de los seres vivos microscópicos, aunque también ellos habitan el actual ecosistema, con lo que igualmente habría cambios fundamentales. Y, sea como fuere, lo cierto es que sin las abejas, el mundo sería otro muy distinto.
En palabras de Luis Pérez Ventosa, Presidente de la Fundación Amigos de la Abejas:
“Plantas y abejas se necesitan mutuamente. Las flores son para las abejas fuente de alimento, de vida. Las abejas son para las flores fuente de reproducción, de amor. El verdadero valor de las abejas, no está en los productos que el apicultor les quita, sino en lo que éstas aportan a la reproducción de las plantas y a la biodiversidad. Abejas y plantas forman un pilar que alimenta y enriquece el ecosistema, éste a su vez nutre a multitud de insectos, aves y mamíferos (entre estos últimos, nosotros, los seres humanos). Si falla uno de los elementos del pilar todo caerá, así lo percibimos todos en nuestro subconsciente. Ojalá ese día no llegue nunca”.
¿Por qué desaparecen las abejas? Las causas pueden ser varias:
1.- Aumento de los depredadores.
2.- Aparición de enfermedades.
3.- Pesticidas.
4.- Cambio climático.
5.- Contaminación del aire.
6.- Fragmentación y deterioro de los hábitats.
7.- Cambio en los usos del suelo.
8.- Algunos tipos de cultivo.
De esas ocho causas, siete de ellas están directa o indirectamente relacionadas con el ser humano. ¿Qué podemos hacer al respecto? Pinchando aquí accederéis a otro artículo interesante con un punto llamado: Medidas para disminuir los efectos negativos. Os recomendamos que lo leáis y que ayudéis en la medida de vuestras posibilidades.
Ahora, la pelota está en el tejado de los agricultores (al menos una de las más importantes porque el cambio climático, por ejemplo, solo pueden sufrirlo y mucho). Conocemos a agricultores que han optado por vías distintas a los plaguicidas químicos y estamos seguras de que hay muchos más. Pero el campo suele ser conservador en este sentido y nuestro planeta necesita alternativas ya que los plaguicidas químicos provocan cuantiosos daños en el medio ambiente, daños que, irremediablemente, acabarán afectando de forma fatal a los cultivos. “Si bien los plaguicidas químicos son más baratos y son expertos en aniquilar millones de insectos en poco tiempo, los costes sanitarios y ambientales son muchos, además de que con el paso del tiempo las plagas han desarrollado una resistencia contra ellos, lo cual ha desembocado en una guerra tóxica en los campos.
>>Es por ello que, poco a poco, se ha ido apostando por los bioplaguicidas, aprovechando la armería que nos regala la naturaleza en las bacterias, hongos y plantas, y que nos permite reorientar estrategias para proteger los cultivos”. (Podéis leer el artículo completo pinchando aquí)
La Naturaleza es sabia y siempre provee de depredadores para cada especie, de ahí que exista la cadena trófica. Solo hay que buscar el depredador adecuado para lo que se necesite eliminar y usarlo con el control oportuno.
Esperamos que os haya parecido interesante y que haya servido para echar un poco más de luz sobre el tema de las abejas. ¡Disfrutad el 27 de octubre en la Explanada de los Jardines del Real y contádnoslo después!