¡Buenos días, amigxs! “La Asamblea General de la ONU recomendó en 1954 destinar un día a fomentar la fraternidad entre los niños y las niñas del mundo, y promover su bienestar con actividades sociales y culturales.
Naciones Unidas celebra este Día Internacional del Niño en honor a la aprobación de la Declaración de los Derechos del Niño en 1959 y a la Convención sobre los Derechos del Niño en 1989, el tratado internacional más ratificado de la historia.” – UNICEF –
Y, sin embargo, los niños siguen siendo vulnerados continuamente: Trabajos forzados, trata, violaciones, ablación… Eso en los países más pobres, en los más ricos la sociedad los olvida, que es lo más cómodo, borrarlos de nuestra mente como si no existieran, y así, lo único que hacemos es condenarlos a la exclusión social, el acoso escolar o cosas todavía peores.
La vida no es fácil para nadie, pero unos la sufren mucho más que la disfrutan. Llega la Navidad y parece que es el momento ideal para recordar a aquellos que están peor que nosotros, pero esas personas están peor que nosotros todo el año, no solo en Navidad. Evidentemente, unos tienen más posibilidad de ayudar que otros, pero todas las gotas hacen océano. Si no leísteis el post de la semana pasada sobre ACARONAR , podéis pinchar aquí e ir directamente. Ellos facilitan maneras de echar un cable a los niños y niñas que están más próximos a ti. A veces solo hace falta donar tu tiempo de vacaciones regalándole a un niño o niña la posibilidad de pasarlo contigo y tu familia, otras veces puedes hacerte socio y ayudar a que la asociación pueda seguir adelante cuidando de esas personas menores de edad que necesitan la protección del sistema porque sus padres no pueden proporcionársela (muchas veces están en hogares infantiles no porque sus padres sean maltratadores o delincuentes sino porque no pueden darles tres comidas calientes al día, por ejemplo).
Siempre he creído que ponemos días internacionales de algo cuando no somos capaces de solucionarlo (día de la mujer, día de la Tierra, día de los océanos, día del niño y de la niña…). Avanzamos, desde luego, poco a poco pero hacia adelante que es lo importante. Sin embargo, en vez de ir en primera, quizá deberíamos cambiar de marcha, pasar a tercera, acelerar un poco las cosas. No sé qué pensaréis vosotrxs, pero estoy segura de que queréis ayudar, igual que yo. No sabemos si algún día (ojalá no) nos encontraremos en esa situación y necesitaremos del cobijo de brazos amigos que tranquilicen nuestro corazón y aplaquen nuestros hambre (de compañía, consuelo y amparo), que cuiden de nosotros asistiendo a las necesidades básicas de nuestros niños y que nos ayuden a salir del bache y volver a encarrilar nuestra vida. La empatía, ponernos en el lugar del otro, es lo que nos ayuda a ver las cosas desde otra perspectiva.
No hace falta hacer grandes cosas, sobre todo porque la mayoría no tenemos la capacidad. Pero hay gestos que pueden parecernos pequeños a nosotros (escuchar, dar apoyo moral o material…), y que hechos de manera regular se convierten en grandes para otras personas, no hace falta que no las conozcamos, pueden ser vecinos o familiares. Para ellos será una puerta abierta o una ventana y para nosotros una satisfacción. Creo que la gratitud es uno de los sentimientos más cálidos y hermosos que existen.
¡Feliz día del niño y de la niña! ¡Nos vemos!